martes, junio 27, 2006

¿Dispositivos antigravedad?


¿Dispositivos antigravedad?

Cuando se cumplen ya casi cuatro años del anuncio por parte de instituciones tan prestigiosas como NASA o BOEING del estudio del "supuesto" experimento de Podkletnov, lo cierto es que seguimos sin saber como fabricar dispositivos que anulen la gravedad.

Hace dos años el mundo se agitaba, escépticos unos, esperazados los otros, ante el anuncio recogido por la BBC de los experimentos del mayor fabricante aeronáutico mundial encaminados a desarrollar un "escudo gravitatorio", noticia que anexamos a continuación:


Traducido de :http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/2157975.stm

Lunes, 29 de Julio, 2002, 03:23 GMT 04:23 UK
Boeing intenta desafiar la gravedad

Un dispositivo anti-gravedad podría revolucionar los viajes aéreos.

Los investigadores del mayor fabricante mundial de aeronaves, Boeing, están utilizando el trabajo de un controvertido científico ruso para fabricar un dispositivo que desafiará la gravedad.

La compañía está examinando un experimento de Yevgeny Podkletnov, que ha anunciado haber desarrollado un dispositivo que actúa como un escudo gravitatorio, es decir, que protege a los objetos de la atracción de la Tierra.

El Dr. Podkletnov es visto con sospechas por muchos científicos convencionales. Ellos no han sido capaces de reproducir sus resultados.

El proyecto está siendo ejecutado por la ultrasecreta sección Phantom Works (Trabajos Fantasma) en Seatle, la parte de la compañía encargada de llevar a cabo los programas más sensibles de Boeing.

George Muellner, jefe de Phantom Works, comentó a la publicación semanal especializada en análisis de seguridad Jane’s Defence Weekly, que la ciencia en que se basa el dispositivo parecía ser válida y posibe.

El dr Podkletnov anuncia haber contrarestado los efectos de la gravedad en un experimento efectuado en la Universidad Tecnológica de Tampere (Finlandia) en 1992.

El científico ruso asegura que descubrió que los objetos situados sobre un disco superconductor de cerámica girando sobre poderosos electroimanes, pierden peso.

La reducción de la gravedad era pequeña, aproximadamente del 2%, pero las implicaciones – por ejemplo en términos de ahorro de la energía necesaria para que un avión vuele – eran inmensas.

Los científicos que investigaron el trabajo del Dr. Podkletnov, sin embargo, comentaron que el experimento fue fundamentalmente defectuoso y que la gravedad negativa era imposible.

Investigación revisada

Pero los documentos obtenidos por el semanal Jane's Defence Weekly, y observados por la BBC muestran que Boeing se está tomando en serio la investigación del Dr Podkletnov.

La hipótesis está siendo comprobada en un programa cuyo nombre en clave es Proyecto Grasp.

Boeing es la última de una serie de instituciones de alto perfil que trata de replicar el experimento de Podkletnov.

El ala militar del grupo británico de alta tecnología BAE Systems está trabajando en un programa de antigravedad, conocido por Proyecto Greenglow

La agencia espacial estadounidense, NASA, también está tratando de reproducir los hallazgos del Dr Podkletnov, aunque un informe preliminar indicó que el efecto no existe.

Lo cierto, es que nada más se ha sabido de Podkletnov, por lo que su anuncio pasó a engrosar la lista de culebrones de verano y ciencia vudú. Varos científicos le acusaron de tratar de vender los fundamenteos de la tecnología maglev como "maquina antigravitatoria".

No obstante la NASA lleva tiempo estudiando la tecnología de levitación magnética para fabricar una rampa de lanzamiento que acelere a altas velocidades los vehículos-proyectiles abaratando tremendamente el gasto en combustible, lo cual permitiría olvidarnos de los enormes, peligrosos y pesados tanques de propelente. Existe una variación sobre esta tecnología, aplicada al lanzamiento de naves al espacio, que se conoce como "ascensor magnético". (Ver "Audaces y Extravagantes").

Pero entonces ¿es posible escapar a la gravedad simplemente levitando?

La cuestión debería ser ¿de dónde procede la gravedad? Su supuesto portador, el gravitón, se ha sustraído hasta ahora a la observación. La propia gravedad no se ajusta a la teoría cuántica, y su intensidad en cada átomo es irrisoria en comparación con la violencia de las fuerzas nucleares y electromagnéticas. Si así no fuera, ¿cómo podría bastar una silla para contrarrestar toda la fuerza de gravedad del planeta?

Nuestras esperanzas de adquirir conocimientos sobre esta materia pasan por dos proyectos futuros, LIGO y LHC.

El Observatorio de Ondas Gravitatorias con Interferómetro Láser (LIGO) es una instalación dedicada a la detección de ondas gravitatorias cósmicas y a la captura de estas ondas para investigación científica. Consiste de dos instalaciones muy distantes y ampliamente separadas entre sí dentro de los Estados Unidos, operadas al unísono como un solo observatorio. Dicha instalación se encuentra ya operativa desde el 2003, si bien aún no a pleno rendimiento.

Nuestra segunda posibilidad recae en el CERN, que está terminando de construir el Large Hadron Collider (O Gran colisionador de Hadrones), el mayor acelerador de partículas jamás fabricado, que entrará en funcionamiento el año que viene, 2005.

Está claro que para saber cómo contrarrestar el efecto de la gravedad, debemos ser capaces antes de identificar a la partícula responsable de esta fuerza. A no ser que la teoría de la gravedad cuántica sea cierta, lo cual implicaría la no necesidad de la existencia del gravitón. Uno de los mayores retos científicos es obtener una teoría física del todo, que unifique y englobe a todos los tipos de fuerza que controlan el universo.

Sea como sea parece obvio que estamos muy lejos de poder fabricar naves que abandonen el suelo sin dificultad y con poco gasto energético, sin duda aún tenemos unos cuantos años apasionantes por delante; mientras tanto solo nos queda disfrutar de las imagenes de Star Wars.

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